Inundaciones en Italia dejan 9 muertos, 20.000 evacuados y destrozos

Las inundaciones en Emilia Romaña han causado daños "por varios miles de millones de euros", aseguró el presidente de esta región del noreste de Italia, Stefano Bonaccini, que calculó que en 36 horas ha caído la lluvia de seis meses.

Después de las graves inundaciones de este miércoles en las provincias de Forlí, Ravena, Cesena, Ravena, que han dejado localidades enteras bajo el agua, se teme por las próximas horas, ya que el nivel de casi todos los ríos sigue estando por encima del umbral de emergencia.

En las próximas horas no se prevén fuertes precipitaciones, mientras que sí se esperan durante el fin de semana, lo que mantiene en alerta roja a toda la región.

Durante la noche se registraron nuevas inundaciones en la zona de Ravena y continuaron las evacuaciones de los habitantes en pueblos como Castel Bolognese, Villanova di Ravenna, Filetto y Roncalceci, debido al riesgo de inundación causado por el desbordamiento del rio Lamone.

Aunque se ha retomado la circulación en los tramos cortados este miércoles en la autopista A14, que recorre el litoral adriático de Italia, hoy también hubo problemas por un corrimiento de tierra que afectó la autopista A1 en el tramo entre Sasso Marconi norte.

El presidente de la región de Emilia Romaña, Stefano Bonaccini, explicó este miércoles que se necesitará mucha ayuda económica para poner en pie de nuevo esta zona, sobre todo agrícola.

El Gobierno italiano anunció que destinará otros 20 millones, que sumarán a los 10 millones ya aprobados hace un par de semanas cuando la región sufrió otra inundación, para las primeras emergencias, así como también se suspenderán las obligaciones fiscales y las hipotecas durante un tiempo.

"Ha sido como un nuevo terremoto en vísperas del catastrófico suceso de Emilia Romaña de 2012, cuyo aniversario está a punto de cumplirse. Unos cuarenta municipios han quedado inundados, estructuras arrasadas, ferrocarriles interrumpidos, carreteras provinciales prácticamente demolidas y un puente se ha derrumbado", describió Bonaccini.

El Gobierno celebrará el próximo martes un consejo de ministros para abordar la situación y en el que se declarará el estado de catástrofe para aprobar todas las ayudas, afirmó hoy en una entrevista radiofónica el ministro de Medio Ambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto Fratin.

Las inundaciones han dejado sin energía eléctrica a cerca de 50.000 usuarios, mientras que otros 100.000 tienen problemas en la telefonía móvil y otros 10.000 en la telefonía fija.

Asimismo, se ha cancelado el Gran Premio de Fórmula 1 que se iba a disputar este fin de semana en Ímola.

El Papa expresa su pesar por las víctimas

El papa Francisco expresó su pesar por las al menos 9 víctimas y la "impresionante catástrofe que ha golpeado" la región de Emilia Romaña, en el noreste de Italia, donde localidades enteras han quedado inundadas por las lluvias torrenciales de las últimas horas.

En un telegrama enviado al arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal italiana, Matteo Zuppi, el Pontífice "asegura fervientes oraciones de sufragio por los fallecidos expresando el pésame a sus familiares", comunicó el Vaticano.

Además, "invoca de Dios consuelo para los heridos y consolación para quienes están sufriendo las consecuencias de la grave calamidad", y "agradece también "a todos los que en estas horas de particular dificultad trabajan para llevar socorro y aliviar todos los sufrimientos, así como a las comunidades diocesanas por su manifestación de comunión y cercanía fraterna a las poblaciones más golpeadas".

Revisar todo el modelo de gestión

"En la memoria viva de nuestra región no se había registrado una situación como esta desde el final de la Segunda Guerra Mundial: una precipitación tan importante de 200 mm y con puntos de 250 mm por metro cuadrado y en un territorio tan vasto. Nunca había ocurrido antes", explica a Paride Antolini, presidente de la Asociación de Geólogos de Emilia Romaña.

Ha sido "realmente excepcional", aunque debido el cambio climático "tenemos que esperar eventos como este con una frecuencia no como antes, de unos 200 años", sino mucho más a menudo.

"Está claro que tenemos que revisar todo nuestro modelo de gestión, de ordenación del territorio: hay que encontrar nuevas áreas de laminación, encaminar las aguas a ciertas zonas y encontrar espacios alrededor de los ríos donde enviar estas aguas de crecida sin que causen daños. Y esto es un problema en una zona tan densamente poblada", explica.

"Habrá que cambiar la legislación para ajustar la planificación, el consumo de suelo, las intervenciones" y es "absolutamente necesario un plan tanto a nivel regional como nacional no solo para gestionar lo que sucede, sino para prevenir" las situaciones futuras, añade.

El geólogo destaca también la importancia del "discurso de las montañas", donde es fundamental "mantener una fuerte forestación para que las lluvias puedan al menos frenar su paso, lo que es un problema en una zona tan densamente urbanizada".