A sangre y fuego el PCC busca borrar al clan Pavão de la frontera

El fiscal Hugo Volpe afirma que el grupo criminal brasileño busca tener control total del tráfico de drogas y armas en Amambay. Apuntan a Minotauro como el nuevo líder de la zona.

La muerte de Jorge Rafaat y la extradición de Jarvis Chimenes Pavão al Brasil, considerados los líderes más poderosos del tráfico de armas y drogas en Pedro Juan Caballero, desataron una guerra sangrienta por el control territorial de la zona, que ya se cobró al menos 9 muertos directamente vinculados al enfrentamiento.

El atentado del martes pasado, donde acribillaron una camioneta Ford Raptor que circulaba sobre la calle Coronel Martínez, de Pedro Juan, es un capítulo más de la sangrienta disputa, según el fiscal antidrogas Hugo Volpe.

El agente del Ministerio Público afirma que las investigaciones apuntan a que el Primer Comando Capital (PCC), grupo criminal ligado al tráfico de drogas y armas, busca copar el hueco dejado por Jarvis y Rafaat.

Para ello, explica, debe eliminar a familiares y allegados de Jarvis Chimenes, que según los expertos, quedaron al frente de los negocios del hombre que actualmente está preso en una cárcel de máxima seguridad, en Brasil.

El blanco habría sido Jonathan Chimenes, sobrino de Jarvis, que es conocido con el alias de “Cabeza” y quien habría quedado al frente de la organización luego de la ida de su tío. El hombre no se encontraba en el interior del vehículo, y el que sobrevivió al ataque fue su hermano Pedro, cuya camioneta fue atacada por sicarios que utilizaron fusil calibre 7.62 y AK 47.

Para Volpe el PCC, que tiene como uno de sus principales líderes a Sergio de Arruda Quintiliano Neto, “Minotauro”, ya estuvo realizando varios ataques donde dejó clara su intención de convertirse en el jefe de la frontera, con ataques a la familia Pavão, que es su principal objetivo, ya que ellos se manejaban de forma independiente, sin estar ligados totalmente a grupos como el PCC o el Comando Vermelho.

Jarvis hacía negocios con ambos grupos, refieren los investigadores.

La primera víctima fue el hermano de Jarvis, de nombre Ronny, que salía de un gimnasio, en Ponta Porã, Brasil. Recibió 12 impactos de bala en el pecho. Días después, uno de los presuntos autores fue asesinado y descuartizado.

En medio de ello, las hermanas Adriana y Fabiana Aguayo Báez fueron raptadas de su propia vivienda del barrio Obrero, y horas más tarde fueron halladas muertas en una camioneta, descuartizadas e incineradas. Las cabezas de ambas mujeres fueron abandonadas bajo un puente.

El asesinato de Laura Casuso, abogada y mujer de confianza de Jarvis, también se enmarca en esta lucha, afirma el fiscal Volpe, asegurando que este es uno de los golpes más duros a Pavão. La mujer había admitido a través de un audio de WhatsApp que buscaban “licuarla”, y señaló a policías y personas del anterior gobierno como posibles responsables.